Alias: El Último Blanco, El Compositor Errante, Vestigio del Alba
Afiliación: Antigua – Batallón Blanco (extinto), Nueva Babilonia (actual, no oficial)
Estado: Parcialmente Activo
Clase: Soundkeeper (defectuoso)
Rango Equivalente: Majestis
Ubicación Actual: Desconocida (monitoreado por los comités de Nueva Babilonia)
Darein es uno de los últimos Soundkeepers con vida conocidos en el mundo, y el único sobreviviente del legendario Batallón Blanco, una unidad que operó como el bastión humanitario de Europa bajo el estandarte de Nueva Babilonia. A diferencia de otros Soundkeepers, Darein es considerado defectuoso: su cuerpo nunca respondió del todo bien a las frecuencias puras. Sin embargo, su capacidad para adaptarse y sobrevivir lo convirtió en un combatiente formidable, especializado en el uso de armamento físico adaptado a frecuencias, en especial una espada de resonancia personalizada, diseñada exclusivamente para suplir sus carencias sonáticas.
Durante la era de los Soundkeepers, Darein sirvió bajo el Batallón Blanco, un escuadrón que se caracterizó por su altruismo, servicio humanitario y cercanía con la sociedad civil. Fue allí donde recibió su nombre de guerra: Darein, otorgado por sus camaradas en referencia al hombre del que provenía.
El Batallón Blanco fue exterminado tras la activación del Supresor Mozart, que los reunió mediante una falsa operación humanitaria para aniquilarlos de un solo golpe. Todos murieron. Todos… menos Darein.
Darein sobrevivió al evento de extinción debido a una condición fisiológica anómala con su espada que interfería parcialmente con las frecuencias puras, quitándole todo poder casi divino restante de un soundkeeper, lo que lo salvó de la destrucción total, pero lo dejó gravemente herido y marcado de por vida. Desde entonces, ha vagado sin pertenencia, rechazado por los mismos sistemas que una vez protegió.
Sumido en el rencor, conserva su promesa de proteger Europa, no por lealtad a la Sonaria de Nueva Babilonia, sino por el lazo irrompible que tuvo con sus antiguos compañeros. Cree firmemente que la humanidad no merecía al Batallón Blanco, y aún así, elige seguir cumpliendo el juramento que hizo a sus caídos:
“Proteger Europa, hasta que el sonido lo consuma.”