Las Noctaras son las jaulas doradas de la humanidad. Las Sonarias, los territorios que las gobiernan. Pero entre estas islas de orden, más allá de la seguridad de los Corredores, se extiende el vasto y silencioso continente de lo que una vez fue nuestro mundo. Es un reino de decadencia, peligro y secretos.


— “¿Qué son las Ruinas?”

Conocidas oficialmente como Zonas de Contención a Cielo Abierto y por los nómadas como las Ciudadelas, las Ruinas son los restos de la civilización pre-Sonata. Son las antiguas metrópolis y paisajes que quedaron abandonados tras el Gran Silencio, vastas extensiones de hormigón y naturaleza mutada que ahora se han convertido en el dominio de los Oyentes y de las extrañas anomalías de la Sonata.

Visitar las Ruinas es como caminar por el fondo de un océano de aire sofocante. La Sonata aquí es cruda, impredecible y salvaje. La arquitectura familiar de las viejas ciudades —rascacielos, puentes, estadios— sigue en pie, pero deteriorada por un siglo de abandono y distorsionada por las tensiones sónicas. Son a la vez tumbas vivientes, llenas de ecos del pasado, y peligrosos nidos de la nueva vida salvaje del planeta.


— “Zonas de Control”

No todas las Ruinas son iguales. Su nivel de peligro y control varía drásticamente dependiendo de su proximidad a una Noctara:


— “Acordes de Silencio”

Incluso en los páramos más salvajes, la antigua humanidad dejó tras de sí faros de esperanza. Dispersas estratégicamente a lo largo de las ruinas de las antiguas metrópolis y rutas comerciales, se alzan unas misteriosas estructuras de hormigón fonoabsorbente. Fueron construidas durante las primeras décadas de la Reconstrucción. Se las conoce como los "Acordes Nulos".