No, en absoluto. El poder de un Soundbringer depende de una combinación de su potencial innato (la fuerza de su conexión con la Sonata), su dominio técnico (cuántos Arpegios conoce), la maestría sobre su Habilidad Innata y su Resonancia Anímica (su fuerza de voluntad y estado mental). Un Afinador novato y un Magister Mayor están en niveles completamente diferentes, aunque ambos compartan el don.
No. La Consonante (Gravis, Echo, etc.) es una afinidad innata. Un Gravis nunca se convertirá en un Echo. Sin embargo, un Compositor puede “robar” técnicas que no son de su afinidad, aunque nunca alcanzará el mismo nivel de maestría y su Habilidad Innata y Réquiem se verán debilitados.
No es puramente genética, aunque puede haber predisposiciones. La Firma Sonática es la "canción del alma", forjada principalmente por experiencias formativas, traumas y convicciones profundas. Dos hermanos gemelos podrían tener Consonantes idénticas pero Firmas Sonáticas completamente opuestas si sus vidas han tomado caminos diferentes. Es más espiritual que biológica.
Sí. La Resonancia Anímica es su "reserva de energía". Se agota con el uso de técnicas, especialmente Réquiems. Se recupera principalmente a través del descanso, la meditación y la estabilidad emocional. Un Compositor bajo estrés extremo o con un conflicto interno grave recuperará su resonancia mucho más lentamente. También existen tónicos de resonancia y técnicas de afinación que pueden ayudar a una recuperación más rápida, pero son soluciones temporales.
Para la mayoría de Compositores, un instrumento roto es catastrófico. Es como si un cantante perdiera la voz. No pueden canalizar la Sonata de forma efectiva, y su poder se reduce a casi nada. Reparar un instrumento-arma es un proceso complejo que requiere un Luthier Sónico especializado. Para un Ars Sonorum de élite, la destrucción es casi imposible y, si ocurriera, su pérdida sería irreparable.
Sí, pero de forma muy limitada. Pueden realizar manipulaciones sónicas muy básicas (pequeños pulsos de conmoción, afinaciones menores) usando su propia resonancia corporal, pero carecen de la potencia, el control y la seguridad que ofrece un instrumento. Es el equivalente a un mago intentando lanzar hechizos complejos sin su varita o catalizador.
Por tres razones clave: