Nombre Clave: El Velo del Pacífico
Categoría: Zona de Disonancia Oceánica a Gran Escala / Zona Muerta Relativa
Ubicación: La mayor parte de la cuenca del Océano Pacífico.
Estado Actual: Parcialmente Innavegable. Tránsito restringido a corredores subacuáticos fuertemente blindados y patrullas ocasionales.

— “Descripción General”

El Velo del Pacífico es la herida abierta más grande del planeta. Lo que una vez fue el océano más vasto y majestuoso de la Tierra, es ahora una trampa mortal sónica a escala continental. No es un mar tormentoso en el sentido tradicional; sus aguas pueden ser engañosamente tranquilas. El peligro no reside en el viento ni en las olas, sino en el aire y el agua misma.

La región está permanentemente envuelta en una "disonancia oceánica", un campo de resonancia caótico y masivo que la convierte en el lugar más hostil para la tecnología y la vida humana fuera de los propios polos. Las comunicaciones son imposibles, los sistemas de navegación fallan y el casco de cualquier nave no preparada se desintegra por la pura tensión vibracional. Volar sobre él es tan peligroso como navegarlo. Es, a efectos prácticos, un continente de agua que ha borrado del mapa casi la mitad del mundo.


— “Origen de la Anomalía”

Los eruditos de múltiples Departamentos de Investigación han debatido durante décadas sobre el origen del Velo, pero la teoría más aceptada, aunque aterradora, apunta a una confluencia de dos cataclismos:

  1. El Deshielo Primordial: Durante los primeros años caóticos tras el Evento Sonático, el inmenso calor generado por la resonancia de los Monolitos en los polos provocó un derretimiento parcial de los casquetes polares. Esta agua no era normal; estaba "impregnada" de la resonancia pura y cruda de los Monolitos, una especie de "sangre" sónica de las entidades que cambiaron el mundo. Esta agua primordial se vertió en las corrientes oceánicas, y el Océano Pacífico, por su tamaño y profundidad, se convirtió en el principal depósito de esta esencia caótica.
  2. La Fiebre Tectónica: Coincidiendo con esto, la nueva física de la Sonata parece haber reactivado y desestabilizado el antiguo Cinturón de Fuego del Pacífico. Las placas tectónicas de la región ahora no solo chocan, sino que "resuenan" de forma errática. Esta actividad geotérmica y sísmica parcial agita la "sangre de los monolitos" en las profundidades, actuando como un amplificador natural que mantiene la disonancia oceánica en un estado de ebullición perpetua.

— “Fenómenos Conocidos y Rumores”


— “Curiosidades y Archivos Clasificados”