“Tragedia de Dioses Rotos”


Eight-Handled Sword Divergent Sila Divine General Mahoraga - Jujutsu Kaisen OST (extended)(MP3_160K).mp3

“Eight-Handled Sword Divergent Sila Divine General Mahoraga”


"Cada Arcante, Minos, es la encarnación de un concepto fundamental. Tú eres la Ley. Lethe manipula memorias. Yo soy la Estrategia. Pero Melpómene… ella es diferente. Ella es la Narrativa. No ve la realidad como un conjunto de hechos, sino como una historia esperando ser contada. Y su poder, su Ars Scenálica, es el de un director con control absoluto sobre su producción. Opera, invariablemente, en tres fases. Lo que estás a punto de presenciar es la primera: la Observación."


El Campeón Penitente no esperó. El odio residual de Brenna y la presencia blasfema de Melpómene eran una afrenta a su propia existencia dolorosa. Rugió, un sonido que era la antítesis de la música, y desató un torrente de disonancia pura. No era un ataque físico; era una ola de corrupción conceptual que se precipitaba a través de la arena, haciendo que el aire se ondulara y el suelo de piedra llorara vetas de óxido. Un ataque que desintegraría a un Magister normal, deshaciendo la armonía de sus células.

Melpómene observaba, con la curiosidad distante de un naturalista examinando a un insecto exótico. No lo esquivó. No lo bloqueó. Sonrió.

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Con un gesto lánguido de su batuta, una de las secciones de las gradas del Coliseo, milenios de mármol y hormigón, se arrancó de sus cimientos. La inmensa masa de piedra se levantó en el aire con una gracia antinatural y se interpuso en el camino del ataque. La ola de disonancia impactó. No hubo una explosión. La piedra, simplemente, dejó de ser. Se desmoronó en un silencio antinatural, sus átomos deshechos, volviendo al polvo del que surgió. Fue una demostración de un poder aniquilador aterrador.

Y Melpómene aplaudió.

«¡Magnífico! ¡Qué entrada!», exclamó. «Pura, concentrada, sin matices. Un personaje maravillosamente simple».